El jueves 2 de septiembre de 2021 partió hacia la inmortalidad uno de los más grandes exponentes de la cultura griega contemporánea, tras 96 años de una vida llena de pasión y amor por la libertad. El gran compositor Mikis Theodorakis, mundialmente famoso por la banda musical de «Zorba el Griego», lega a la Humanidad un millar de canciones extraordinarias. Teatrela se une al dolor del pueblo griego y de todos los pueblos del mundo que luchan por su emancipación, por esta pérdida irreparable. ¡Honor y gloria a Mikis Theodorakis!
Visitó a Venezuela dos veces, la primera en 1972, invitado por el Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (INCIBA) donde se presentó en el Teatro París en La Campiña en Caracas, con llenos totales por una semana, culminándola con un concierto de entrada libre en una desbordada Aula Magna en la Universidad Central de Venezuela.
Cada noche, después de los conciertos, Theodorakis, con su esposa Mirtó, los cantantes María Faranduri y Petros Pandís, y los siete músicos que formaban su orquesta, cenaban en la Colonia Helénica de Venezuela, organizada por Nicolás Palamidis. En la sobremesa, trabajaban en la organización de un núcleo anti-dictatorial en Venezuela para apoyar los movimientos mundiales en contra de la junta militar que en esos años gobernaba en Grecia.
En 1973, camino a Chile, visita por segunda vez a Venezuela, ocasión donde estrenaría su oratorio “Canto General” del gran poeta chileno Pablo Neruda, con el que trabajó en París durante sus años de exilio, en la época de la dictadura de los coroneles. Esta vez, su visita fue más de carácter político. Mantuvo reuniones con el recién creado partido Movimiento al Socialismo (MAS), a quienes les regaló la música de una de sus canciones más emblemáticas, «Ligo Akoma», compuesta sobre poesía de Yorgos Seferis, la cual se convirtió en el himno del MAS bajo el título: “Sí podemos, podemos”.
En esa segunda visita a Caracas su única presentación fue en el Estadio de Béisbol de la Universidad Central de Venezuela, bajo una lluvia torrencial, donde trabajó mano-a-mano con los obreros de la UCV para montar una lona que protegió a la orquesta y a los cantantes del aguacero y pudo dar el concierto. Estando en Venezuela, se produjo el golpe militar en Chile y Theodorakis decidió estrenar el “Canto General” en Caracas.
Hay muchísimas historias de esas dos visitas y de todo lo que siguió en los años posteriores, desde su ida a Bogotá, invitado especialmente por el Presidente Belisario Betancourt, a presentar el “Canto General”, pasando por el montaje de un ciclo de conciertos de “Theodorakis en español” de Aedos – Colectivo de Canto Popular en 1984-85, con la participación de conocidos artistas del teatro y música en Venezuela, hasta la campaña increíble que se lanzó desde Valencia y en toda Venezuela para recoger firmas de apoyo a la candidatura de Theodorakis al Premio Nóbel de la Paz.
En años recientes, con ocasión de la visita de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar a Atenas, le fue otorgada una medalla de reconocimiento por el maestro José Antonio Abreu, creador del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, y el mundialmente famoso director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel.
Hombres de la talla de Mikis Theodorakis nunca mueren. Viven eternamente en las luchas de la Humanidad. Su grandeza iluminará por siempre los caminos de los pueblos del mundo.
